Municipio del Baix Ebre, situado al pie del macizo de los Ports de Beseit, que rodea toda la parte poniente del término municipal. La parte de levante es también zona montañosa, con los Colls de l’Engràcia, la colina de la Cova del Bou y la colina de la Reina. Toda la parte accidentada del territorio está drenada por numerosos barrancos y desfiladeros.
El término, con una extensión de 63’94 Km², comprende además el despoblado de Carles y el antiguo término del Toscà. La villa (334 m alt.), único núcleo de población del municipio, se encuentra a la izquierda del barranco de Llop en una hondonada poco extensa.
Dos terceras partes del término son zona montañosa, no apta para el cultivo, ocupada sobre todo por bosques de pino blanco y rojo, y palmito. Esta riqueza forestal está explotada desde hace mucho tiempo. La propiedad es comunal, particular y del Estado.
En la parte más plana del término se encuentra los cultivos de secano, olivos, almendros, alfalfa… El regadío es poco importante, unas 50ha., y se cultivan principalmente hortalizas.
Dos sectores muy importantes para la economía del municipio son la avicultura y la ganadería. Esta última formada, sobretodo, por ganado ovino y cabrío, que aprovecha las extensas pasturas de las montañas, lugar donde se encuentra también abundancia de caza: conejos, jabalíes y cabras hispánicas, que al ser reserva estatal han aumentado en gran número, calculándose en más de 5.000 cabezas.
La villa cuenta también con mucho comercio y alguna pequeña industria. Es necesario nombrar la tradicional industria de Alfara, dedicada a la confección de cestos y cuerdas, con fibra de palmito que proviene de las montañas.
Hacia los años 60, la población de Alfara menguó debido a la fuerte emigración, pero actualmente la villa conoce momentos de prosperidad. La industria cercana de Roquetes y Tortosa da trabajo a muchos habitantes de la población, y esto hace que haya un buen nivel de vida.
Las características de la población, típicas de un pueblo de montaña, y los parajes naturales del término, hacen que este lugar sea muy visitado por los amantes de la montaña. La zona del Toscà, paraje tranquilo y con abundancia de agua, se ha convertido en los últimos años en zona residencial veraniega, habitada sobre todo por familias de Tortosa.