Cultura de Corbera d’Ebre
El origen, fue un poblado ibérico o un castillo histórico (entre el primer milenio a C. y la conquista romana). El castrum de Corbera aparece por primera vez en un documento escrito en el 1153, citado en la carta de donación del castillo de Miravet, cedido por Ramón Berenguer IV a los templeros. No se conoce, pero la carta de población de Corbera, que podría datarse hacia finales del siglo XII. De esta época son los únicos restos del castillo desaparecido que todavía se conservan: las piedras de una espléndida galería, los capiteles de la cual, están decorados con la cruz de la Orden del templo.
En 1317 la jurisdicción de Corbera y el resto de la Alcaldía de Miravet – pasaron a manos de los hospitaleros y desde entonces formó parte de la Castellanía de Amposta.
La Villa ha estado destruida en diferentes ocasiones. En 1463, en la guerra contra Juan II, el arzobispo de Tarragona, Pere de Urrea, recudió «por combate y con fuerza» Corbera, Ascó, Vilalba, Batea y la Fatarella, partidarios de la Generalitat de Cataluña. También compartió con el resto de la comarca los trasiegos de la «Guerra dels Segadors». Durante la Guerra de Sucesión las tropas franco-castellanas ocuparon la villa definitivamente el 6 de febrero de 1707. En la primera Guerra Carlista, la población fue carlista, como la mayoría de las villas de la Terra Alta a excepción de Gandesa, que fue liberal.
La Guerra Civil de 1936-39 llevó a Corbera al peor desastre de su historia: durante la batalla del Ebro el pueblo quedó prácticamente derribado y esto motivó que los vecinos se trasladasen a la parte baja del pueblo. De esta manera, las ruinas abandonadas fueron un símbolo de un pueblo en el episodio más trágico de la historia reciente.
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